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1Monday, May 24 2021
Althusser and Bourdieu’s reproduction model has been scientifically and socially overcome
Original posted by Elisabeth Torras
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Scientific Articles
- DiMaggio, P. (1982). Cultural capital and school success: The impact of status culture participation on the grades of US high school students. American Sociological Review, 47(2), 189–201. https://doi.org/10.2307/2094962
- Gofen, A. (2009). Family capital: How first-generation higher education students break the intergenerational cycle. Family Relations, 58(1), 104–120. https://doi.org/10.1111/j.1741 3729.2008.00538.x
- Torras-Gómez, E., Ruiz-Eugenio, L., Sordé-Martí, T., & Duque, E. (2021). Challenging Bourdieu’s Theory: Dialogic Interaction as a Means to Provide Access to Highbrow Culture for All. SAGE Open. https://doi.org/10.1177/21582440211010739
Explanation of the Post
Its creator in 1969 (Althusser) already acknowledged that he was writing on the basis of books he had not read. Bourdieu, its best known representative, for his 1970 book entitled “The Reproduction”, abandoned in the 1980s the defense of this model. The analyses with the greatest scientific impact make it clear that quality education is the best (and often the only) way for girls and boys from low socioeconomic levels to escape poverty.
Other sources
- Andersen, I. G., Jæger, M. M. (2015). Cultural capital in context: Heterogeneous returns to cultural capital across schooling environments. Social Science Research, 50, 177–188. https://doi.org/10.1016/j.ssresearch.2014.11.015
- Kingston, P. W. (2001). The unfulfilled promise of cultural capital theory. Sociology of education, 88-99. https://doi.org/10.2307/2673255
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- Som conscients de les teories que implementem? - PERIÓDICO EDUCACIÓN - […] encara romanen en les pràctiques educatives, moltes vegades sense que en tinguem consciència, teories pseudocientífiques que, lluny de millorar…
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Yo, como, afortunadamente, tantas personas, puedo ser ejemplo de la educación transformadora, superadora de cualquier modelo reproduccionista. Tanto mi madre, como mi padre, tan humildes, como opulentos en los mejores valores, siempre me han transmitido grandes principios, pero, muy especialmente, la importancia de la educación y del esfuerzo, siempre haciendo todo lo posible para que yo pudiera concentrar mis energías en formarme. Durante los años de mi carrera universitaria, no tuve acceso a internet en casa. Mi primer ordenador portátil lo tuve gracias a mi padrino, por cierto, maestro de profesión, quien me lo regaló para que pudiera hacer los trabajos de la facultad. Todos los días visitaba la biblioteca del centro cívico de mi barrio para tener conexión y poder cumplir con mis tareas de la universidad y, si llegaba la hora del cierre, y aún no había terminado, continuaba trabajando fuera del edificio. Así, se sucedieron noches, y anécdotas, que me han acompañado, curtido y que he agradecido durante muchos años. De esta forma, la educación se convirtió en mi pasión, en la clave que me permitiría, por un lado mejorar la situación familiar y, por otro, ayudar a muchos más niños y niñas a transformar su realidad. Desde la investigación y el voluntariado en Comunidades de Aprendizaje he podido emocionarme viendo evolucionar trayectorias vitales de niñas y niños gracias a las actuaciones educativas de éxito y al esfuerzo y trabajo riguroso de toda su comunidad. Ahora soy doctora y vivo la fortuna de poder investigar para que, cada vez más personas, puedan acceder a una educación de éxito, superadora de desigualdades. Desde las evidencias científicas de las que participo investigando, pero también desde mi propia experiencia, puedo afirmar que el modelo reproduccionista de Bourdieu es superado cada día desde diferentes rincones del mundo, desde distintos barrios, desde diversas familias, como la mía, y desde tantas y tantas comunidades educativas que trabajan intensamente para ofrecer una educación de calidad, una educación transformadora como la que mis padres desearon para mí.
En mi experiencia, como en la de varios amigos mios, la educación ha sido una oportunidad para mejorar mi condiciones de vida. He crecido en un hogar humilde puesto que mi madre separada se ha ganado la vida limpiando casas y portales con salarios bajos y jornadas laborales largas y mi educación ha sido costeada por las becas que recibía del gobierno. Gracias a las becas y al seguimiento y acompañamiento de mi hermano mayor en mi educación he podido estudiar informática, magisterio y licenciarme en antropología. Soy el único de la familia que ha obtenido una titulación universitaria, ya que la dislexia/discalculia es una dificultad de aprendizaje extendida en la mayoría de los miembros de mi familia y esto ha afectado también en buena manera. Solo puedo recomendar encarecidamente a las personas que tienen dificultades económicas que centren sus esfuerzos en reforzar la educación de sus hijos en casa de forma constante y en un ambiente de apoyo y cariño. Comenzar la lectura desde los 0 años es una de las claves para mi nueva familia y estoy seguro que para muchas otras también.
Mis dos abuelos fueron mineros, mis padres se criaron en hogares con muchas privaciones y no estudiaron, pero yo siempre les oí lo importante que era que nosotras estudiáramos. Somos tres hermanas, nacidas entre 1961 y 1971 y las tres estudiamos en la universidad y tenemos trabajos que se corresponden con nuestros estudios. “El colegio es un sagrao” nos repetía mi madre. Estoy plenamente de acuerdo con ella.
Hoy después de participar en una Tertulia Pedagógica Dialógica sobre el artículo de López de Aguileta y Soler-Gallart (2021) “Aprendizaje Significativo de Ausubel y Segregación Educativa”, me he animado a compartir mi experiencia transformadora también. Yo estudié en la EGB y por entonces no se aplicaban prácticas de disminución de contenidos, ni se sacaba del aula a ningún niño por motivos sociales, como puede ser proceder de una familia sin estudios o de una familia desestructurada. Yo pude aprender con mis amigos y amigas en la clase, y nadie esperó menos de mí porque ni mis abuelos (con los que me crié) ni mi madre tuvieran estudios. Para mis abuelos lo más importante era que yo tuviera estudios superiores, como mi tía, que fue la primera en tenerlos en las familia y tuve la suerte de que el profesorado no me rebajó los objetivos ni los contenidos por venir de una familia, que hoy en día se cataloga de “desestructurada”, pero para mal, porque en vez de dar más oportunidades a estos niños y niñas, se les quitan aumentando las desigualdades de partida. Gracias al valor que mis abuelos me transmitieron por los estudios y por el esfuerzo (en especial mi abuelo) y porque me dijeron que gracias a ellos podría tener una vida mejor, es que hoy soy profesora y he podido hace unos años continuar los estudios con dos máster y ahora con el doctorado. En definitiva las interacciones (familia, maestros y amistades) fueron fundamentales para que mi trayectoria de vida fuera mejor, con más oportunidades en todos los sentidos. Ahora como maestra, he podido ver cómo teorías como la de Ausubel, Bourdieu o Althussser, “han estirado hacia el fondo del mar” a niños y niñas que lo que necesitaban era una mano que las impulsara hacia arriba y no hacia abajo. Ahora también conozco las teorías transformadoras que están a la base de las actuaciones educativas de éxito que son las que están logrando que el alumnado que proviene de familias sin estudios, pueda lograr el éxito que algunas logramos. Por eso como docente nunca más basaré mi práctica en teorías reproduccionistas, aunque en la universidad o en formaciones (que no se basan en evidencias) se sigan impulsando.
Mi padre pudo acabar los estudios básicos hasta los 14 años, pero mi madre no. Ella trabajadora en el textil y ama de casa, y él, mecánico tornero nos inculcaron a mis hermanos y a mi que la responsabilidad en el trabajo/estudios y dedicarnos a lo que nos gustara era lo primordial para estar bien. Eso, y el rodearnos de buena gente: honrada, buena, sincera… Así hemos conseguido tener todos estudios superiores y dedicarnos a lo que nos gusta, dando lo mejor de nosotros con pasión, profesionalidad y humildad.
El otro día tuve la suerte de estar con Sara en la misma Tertulia y las evidencias eran contundentes: no a ocurrencias basadas en la discriminación de personas.
También mi caso es parecido: hijo de viuda, mi madre sacó su graduado escolar después de jubilarse y que gracias a sus valores y enseñanzas he llegado a donde estoy: maestro y profesor universitario.
Pero mi testimonio quería ser otro. Hace unos 25 años, cuando empezaba como profesor estaba en clase un niño: agradable, de buen trato, respetuoso, educado, integrado, pero con hábitos de poco trabajo. Un año entero estuvimos, su madre y yo mismo, intentando ayudarle a superar aquellas dificultades… No conseguimos grandes logros. Aquel niño, aquella experiencia me llegaron a la universidad, a seguir aprendiendo y hoy, tras muchos años, puedo decir que las claves no están en teorías inventadas, menos que ninguna en las de propuestas reproductivas; sino en aquellas que apuestan por transformar la realidad para superar estereotipos o esquemas preconcebidos que bloquean el aprendizaje y el éxito.
Si ahora me encontrara con aquel niño tendría clara la forma de trabajar: interacciones, interacciones de calidad, interacciones igualitarias e interacciones abiertas y abundantes…
Y no son opiniones, sino experiencias y evidencias
SCIENTIFIC ARTICLE:
COMMENT:
Income gaps are mainly due to the difference in early education investment.
Subsidizing early education is the most effective public policy to release income inequality.
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1043951X15001637
Si queremos sociedades más igualitarias debemos invertir en educación temprana como forma de prevención de la desigualdad.
En mi familia siempre le han dado muchísima importancia a la educación, sobre todo mi abuela. Mi abuela no pudo terminar su educación por motivos familiares y económicos. De muy joven ella se casó y en consecuencia se convirtió en ama de casa. Ella me repetía muchas veces cuando era pequeña lo importante que era mi formación. De esa manera, en un futuro yo pudiese encontrar una profesión que fuese de mi agrado. También recalcaba dicha importancia, para vivir una mejor, más experimentada e independiente vida que la que ella ha podido vivir. Gracias a sus constantes ánimos he podido entrar en la universidad. Ahora mismo estoy cursando una carrera que me gusta mucho y deseo en un futuro dedicarme al mundo de la educación y la ayuda social.