Siguiendo la línea de debate, estoy bastante de acuerdo con las reflexiones llevadas a cabo sobre los tres artículos. Apoyándome en diversas fuentes científicas, considero que el confinamiento actuó como detonante de la violencia de género en aquella parejas donde la situación antes de la pandemia ya se encontraba con tendencia al maltrato, pero era solventada mediante la ausencia de uno de los miembros de la pareja dentro del espacio doméstico. La ausencia en parejas dónde se da violencia de género suele ser principalmente del hombre, mientras que muchas mujeres, mucho antes de que llegara el confinamiento ya se encontraban retenidas en el hogar durante todo el día, obligadas por su pareja. Con la llegada del confinamiento el hecho de convivir a tiempo completo con el otro miembro de la pareja, dio lugar a que esta violencia se manifestara de manera física. Desde mi punto de vista y utilizando fuentes científicas, el confinamiento ha sido el principal desencadenante de este incremento, a causa de la propia situación de la relación y además de los factores de pérdida de empleo, la mala situación económica a causa de la pandemia y otros elementos que aumentan la tensión en el espacio doméstico. También considero que este encierro ha actuado como un factor que ha acelerado el hecho de llegar a una situación de violencia de género, es decir, si no hubiese existido el confinamiento también se hubiese llegado a esta situación pero se habría producido de una manera más lenta. Siguiendo la línea de debate, quiero añadir que leyendo ciertos artículos relacionados con el tema, se pudo observar que a nivel estadístico el número de denuncias disminuyó en los meses de la pandemia, aunque las llamadas al número 016 aumentaron, esto explica que las mujeres en situación de maltrato sufrieron mayor dificultad para poder solicitar ayuda externa. El confinamiento se encargó de evidenciar el problema de maltrato y violencia de género que se encuentra vigente en nuestra sociedad especialmente hacia la mujer, ya sea dentro de las relaciones de pareja como fuera de estas, y de agravar la tensión dentro del hogar con la situación de crisis.
En relación con el maltrato infantil, se debe desde mi punto de vista a factores parecidos a los comentados anteriormente. Las figuras paternales que tenían cierta tendencia a una conducta maltratadora y que se apoyaban en el papel de las instituciones para que estas se hicieran cargo de sus hijos, con la llegada del confinamiento perdieron esa baza y esto dio lugar a que al existir una convivencia a tiempo completo, se produjera un maltrato mediante el abandono o la violencia física hacia los hijos. He de añadir que dentro del marco del confinamiento muchos padres ejercieron relaciones de maltrato hacia sus hijos sin tener plena conciencia de ello, debido a que, al estar en continuo contacto con ellos se podían repetir ciertas conductas varias veces durante un mismo día y el hijo podía llegar a recibir castigos o malas contestaciones que al darse de forma repetitiva ocasionaban problemas psicológicos en el. Las figuras paternas al estar sometidas continuamente al estrés producidos por factores externos a causa de la pandemia y factores internos debidos al cuidado, no eran capaces de gestionar de manera correcta en ocasiones la forma de tratar a los hijos

Gallo, M. (2020). Territorios vulnerables a la violencia de género en tiempos de confinamiento. Instituto Universitario de Análisis Económico y Social.

Rueda-Aguilar, E. F. (2021). Reflexiones sobre la violencia de género durante el confinamiento causado por Covid-19. Revista Digital Internacional De Psicología Y Ciencia Social, 7(2), 181-203

Moreno Mora, R.. (2020). Formas de maltrato infantil que pudieran presentarse durante el confinamiento debido a la COVID-19. Revista Cubana de Pediatría, 92.